dilluns, 11 de febrer del 2013

Destino tu vida. Post 3.


Seguí andando sin pensar hacia dónde iba. Ésa era una de las pocas veces que no me lo preguntaba. Caminaba acompañada de una de las personas más importantes de mi vida y cuando él estaba a mi lado confiaba en su criterio. 
Las hojas de los árboles caían haciendo leves movimientos en forma de zeta. Era otoño en la ciudad condal y los árboles lucían sus tonalidades de colores marrones y verdes. Los niños y los perros corrían paseo arriba, paseo abajo y la arenilla del suelo desprendía un polvo marrón que parecía evadirse. 
Saliendo del parque pude ver a un hombre que me observaba. Cuando lo volví a mirar ya no estaba. En ese preciso instante mi padre se despidió de mi sin pensar que ésa sería la última vez que nos veríamos en mucho tiempo.